sábado, 23 de junio de 2012

El cuento de la confusión.



Esta es una metáfora con la que me he explicado ciertos fenómenos sociales como la alergia a la religión y la política, la intolerancia irracional, la permisividad irracional disfrazada de "tolerancia", y la desvalorización del análisis objetivo para valorizar la opinión subjetiva y con errores lógicos. Todo esto debido a una visión tergiversada de la realidad y sazonada con relativismos diversos.

Y dice:

Hubo una vez, un hombre que solo pensaba en si mismo y en nadie mas, este tenía dentro de si algunos desordenes emocionales y no era muy lógico de pensamiento, pero no se había dado cuenta de esto, total, la mayor parte de su vida había convivido con ellos y ya estaba acostumbrado, el veía su situación (que era común en su vida) como algo "normal" solo porque era común.

Debido a que era muy inteligente, hábil y talentoso en diversas materias de la vida, sin darse cuenta le fue fácil decidir y hacer cosas que lo convirtieron en un hombre de poder sobre muchisimas otras personas, y todo esto debido a su falta de ética y a su creencia que el fin justifica los medios, era un relativista, y en esta realidad no tenían nada que ver sus desordenes internos, sino su actitud hacia ellos, nada mas. El decidió sobre sí mismo. Al mismo tiempo, desarrolló ciertas aficiones debido a sus desordenes internos que rayaban en una especie de locura y perversión, y se convirtió en un asesino en serie.

Como este hombre tenía pleno conocimiento de lo que hacía, quiso hacerse mas cómoda la conciencia, e ideó el siguiente plan: Para darle un sentido "bueno" a sus actos, los iba a llamar "su cruzada" (no, no es "Mein Kampf", parece pero no es, jaja), y para eso tenía que cambiar la "perspectiva" del como entendía sus actos, así, al autoengañarse creyendose sus propias justificaciones y argumentos que el mismo ideó para creer y aceptar que todo lo que hacía era lo mejor, dió por sentado que sería creíble y aceptada por alguien mas en caso de que sus andanzas se supieran, total, de esa manera no estaría mintiendo si decía que no había matado a nadie. Su razonamiento era que si creía en sus acciones aunque fueran totalmente disfuncionales o "malas" y las entendía como totalmente funcionales o "buenas", entonces no estaría mintiendo al negar que eran o representaban algo "malo" o algo disfuncional, y que si no estaba mintiendo, entonces su creencia no era mala, total, existía la libertad de "libertad de pensamiento" y "libertad de creencias" (esto sería de credo, pero el personaje esté tergiversó el sentido del concepto) en la sociedad donde el vivía... El detalle era que esa sociedad no especificó parametros para esa libertad, y por lo tanto las guerras también podían ser legales siempre y cuando se justificaran bien.

Entonces decidió que su "cruzada" sería en nombre de las papas fritas y los dulces (a todo esto, a este hombre le encantaban las papas fritas y los dulces), y como el sabía que como a todo el mundo le gustan las papas fritas y los dulces, las libres expresiones de sus desordenes internos quedarían camufladas y opacadas por esos simbolos que a el le gustaba y que a todo el mundo le gustaba, y asi, todo lo que el hiciera en nombre de las papas fritas y los dulces seria aceptado. Y como era alguien poderoso y le debían respeto y salamerías y pleitesías tanto por su poder, como por las grandes obras buenas que hacía para apantallar sus crimenes, no temía, pues nadie podría acusar de nada malo a un altruista filantropo. Muy astuto él.

A todo esto, dentro de su gran inteligencia él sabía que las personas tendemos a confundir nuestros razonamientos fácilmente y que debido a esto nos dejamos vulnerables solitos y sin ayuda, y somos fáciles de engañar hasta por nosotros mismos. Él mismo al justificar su cruzada se había provocado un autoengaño que funcionó, y el sabiendo que él siendo muy inteligente podría hacerse eso a si mismo, mucho mas lo podría hacer con el resto que que no fuera tan inteligente como el, lo cual en cantidad era la gran mayoría, y el era uno de los pocos que estaba en "la cima".

También sabía que si descubrían sus crímenes y si alguien se atrevía a acusarlo el argumentaría que las personas mismas eran las responsables, por su misma falta de autocontrol, y si le querían echar la culpa a las papas fritas y a los dulces era por las puras, pues eran las mismas personas las que estarían consumiendo esos productos por voluntad propia y sin necesidad de tener una pistola en la cabeza que los obligue... y cuando por otro lado cometiera sus crímenes el dejaría rastros de estos productos en los lugares del crimen: después de todo la cruzada era a nombre de esos objetos y no era "nada personal"...  y si la cosa iba peor, el argumentaría "pensamiento diferente" y voces en su cabeza que le dictaban a hacer atrocidades y a dirigir su cruzada empresarial, y sería declarado loco e incapaz y no imputable. Tenía todo calculado. A todo esto, el se dedicó a fomentar la adicción a las papas fritas y a los dulces. Y de vez en cuando para satisfacer sus impulsos asesinos, el cometía sus asesinatos seduciendo a sus víctimas con dulces y papas fritas con arsénico.

Él también sabía que como las personas somos demasiado fáciles de confundir a través de falacias bonitas (siempre que algo tenga buen sabor o la talla sea de nuestra medida, tenemos la costumbre de creer que es válido o verdadero u objetivo aunque no sea así, y solo por conveniencia) por su lado el se salvaría de responder por su crímenes... incluso con todo el poder que el tenia, podía comprar y convencer a quien quisiera, con papas fritas y dulces. A todo el mundo le gustaban y el era accionista mayoritario de las plantas de fabricación de dulces y papas fritas. Todo era perfecto.

La cosa es que después de vivir habiendo engañado a todos y satisfaciendo sus impulsos sádicos llegando a crear una conciencia distorsionada de las papas fritas y los dulces en las personas, este tipo vivió y murió tranquilo y sin presiones mayores, pero dejó un rastro inconsciente de daño: las personas quien el afectó con la "libre expresión" de sus intervenciones impulsivas quedaron jodidos y sin darse cuenta de que lo estaban, adictos creyendo que su adicción formaba parte de su buena alimentación, huérfanos y viudas debido a muertes por problemas de salud relacionados con la mala alimentación, familias enteras que desarrollaron inconscientemente desordenes orgánicos debido a la ingesta de las papas fritas y dulces que producía este hombre, y otros que habían perdido a alguien querido debido al envenenamiento con arsénico...

Hubieron algunos que sentían que algo andaba mal y que no era coherente en ellos, en su naturaleza, pero no sabían exactamente el por qué de esa sensación ni sabían como explicar lo que percibían o sospechaban, y al igual que este hombre poderoso, ellos llegaron a convivir gran parte de su vida también con estas cosas raras que sospechaban y como formaban parte de sus vidas cotidianas se acostumbraron a esas cosas raras y sus molestias se convirtieron en algo que tomaron como "normal" y de lo cual ya no había que sospechar, olvidaron lo que sentían y su sentido de la percepción se adormeció. Y como en el ambiente esta falta percepción fue común, fue fácil compartir el adormecimiento y el olvido.

Por otro lado, hubo un grupo de gente que llegaron a saber lo que este poderoso había hecho y se llenaron de ira, y se resintieron con el, pero la mayor carga de emociones resentidas no fueron hacia el, sino hacia las papas fritas y los dulces, y posteriormente se resintieron también con la repostería, la cocina, los cocineros, los utensilios de cocina, los hornos, los recetarios, etc. Y dentro de su ira y resentimiento llegaron a la conclusión de que la solución era destruir todo eso que les generaba ese malestar, y se encargaron de construir una hoguera y buscar y quemar en la hoguera también a los cocineros y maestros de repostería, pues todos ellos se habían convertido (debido al pensamiento emocional de estos otros jodidos) en los culpables de la existencia de las papas fritas y los dulces que se utilizaron para envenenar a cientos y sin castigo alguno. algunos de esos cocineros y maestros reposteros, para salvar sus vidas tuvieron que abandonar el oficio y hasta cambiarse de nombre y dedicarse a otras cosas aceptables en esa sociedad llena de miedo y odio... varios de ellos se dedicaron a futbolistas, pues ser futbolista llenaba de alegría a la gente y nadie iba a sospechar que anteriormente fueron considerados los culpables de las muertes, después de todo, la gente era tonta como siempre y pensaba com siempre que: es imposible que alguien que te entretiene y que tú admiras te pueda hacer daño. ;-p

Cuando pasaron algunos años, poco a poco la sociedad se dió cuenta de la estupidez que hicieron y que estaban haciendo desde hace años, y todo porque llegaron a la conclusión de que mucha de su comida tenia un sabor horrible y a veces era incomible, porque asi nomás nadie sabía cocinar bien. Y buscaron corregir su error de una manera tonta e igual de disfuncional, dando permiso a todos para cocinar y vender la comida que quisieran, supieran o no supieran hacerlo, esto generó que haya variedad de buena comida, comida que no era tan buena, y otra comida que solo servía para ser tirada a la basura porque era incomible. Este fenómeno a su vez, generó que los clientes en general acusaran a las comidas que no les gustaba pues como no conocían los criterios para evaluar lo criticado, muchas de las veces, al final no sabían como distinguir dos platos con el mismo nombre según sus cocineros. no sabían como distinguir los ingredientes del plato X, y saber que efectivamente, el plato X era el plato X por los ingredientes que tenia.

Toda esta confusión de que hubiera gente que cocinara cualquier cosa y le pusiera el nombre que quisiera, e incluso el mismo nombre a cosas diferentes que habían cocinado, aumentaba mas el enojo de la gente que las comía porque los confundía mas, y generó reclamos y denuncias.

Llegó un momento en que la gente consumidora se aburrió de toda esta situación y empezó a enojarse cada vez que le vendían un plato que le pareciera mal hecho o incomible. Como no había nada claro, cualquiera podría estar diciendo la verdad o cualquiera podría estar mintiendo. Por lo tanto era una situación difícil de discernir.

Los consumidores poco a poco se pusieron agresivos con sus cocineros. Habían algunos cocineros que se salvaban pues tenían la habilidad para percibir el real sabor de las cosas y cuando su plato era comible y cuando era incomible. pero los que no tenían esa habilidad eran perseguidos irracionalmente por los enojados clientes.

Llego a tal punto la situación de incomprensión y desorden, que hubo una persecución irracional e injusta, y los cocineros perseguidos (ya sea por haber querido estafar a los clientes con ingredientes nada que ver, o ser directamente malos para cocinar, o por haber tenido mala suerte sin mala intención, o por no saber como explicar el sabor de sus comidas el cual solo salia de lo convencional y por lo tanto era exótico, o etc) mas la gente solidaria que no estaba de acuerdo con el trato que le daban a estas personas y los apoyaban debido a la violencia que sufrían y que era obviamente rechazable, **idearon un plan maestro** para que los dejaran de perseguir y agredir: Para que no los pudieran acusar ni a ellos ni a su comida de mala, o de mal hecha, o de estafa, o de copia, o de cualquier cosa que al cliente se le ocurriera, tuviera razón o no, o para no pagar o para simplemente joder, denominaron a todos sus platos como "diversos", de esa manera, al llamarlos así, el cliente consumidor perdía la capacidad para definir como buena o mala la comida que le servían.

Bajo esta nueva modalidad de entendimiento llegó a ocurrir que toda comida fue válidada, sin importar que la comida tuviera un sabor insoportable por lo intenso, o soso, o insípido, o estuviera en su punto exacto, pues según el concepto impuesto para salvar a las personas perseguidas de la irracionalidad de sus persecutores, la estrategia fue esa, y dió resultado, y como todo daba lo mismo y todo tenia el mismo valor, nada podía ser mirado en menos ni acusado de nada. Pero la consecuencia fue que el rango de percepción en el sabor de "nada" al "todo" no tenia mayor significado que de "distinto" o "diverso", y por lo tanto el rango de evaluación quedó obsoleto, la percepción del gustó se atrofió.

Cuando esta conciencia se llegó a masificar y a volverse común por costumbre repetitiva, hubo pocos solamente quienes se dieron cuenta de que debido a la confusión generalizada y a la irracionalidad inicial de algunos pocos, todos se vieron obligados a decir "esta comida esta buena", tenga o no tenga buen sabor, o si era demasiado intensa y saturante o totalmente sosa, o con algún sabor raro o desagradable. Y si a alguien se le ocurría decir que la comida estaba mala a pesar de estarlo, osea no cumplir con un grado de sabor aceptable al paladar de cualquiera de forma agradable y neutral, se le acusaba de discriminador del cocinero del plato criticado, y se le sometía al escarnio popular. Solo porque estaba infringiendo la nueva ley, solo por haber dicho la verdad respecto a lo que su sentido no atrofiado del gusto le indicaba.

Llegó a tal punto este vicio, que toda la comida, estuviese fresca o en descomposición, en su punto o sosa, agradable o desagradable al paladar, no era criticable, y no porque realmente no lo fuera, sino porque no se permitía que fuese criticable aunque lo fuera. Las personas estuvieron obligadas a comer lo que les sirvieran sin chistar, y ante esa situación, defendían de la suerte misma que les tocara con el cocinero que les tocara, porque tenían que pagar si o si, haya sido la comida realmente como debía ser al gusto, o haya sido realmente mala. Estaban coaccionados por la suerte y no podían reclamar.

Al ver que esta formula aplicada resultó con los cocineros, posteriormente las personas en general que no eran cocineros pero que tenían problemas en cualquier cosa y que eran señaladas tanto irracionalmente y sin razón como racionalmente y con razón justificada, argumentaban que ellos tenían derecho a "ser" y hacer lo que fuera asi como salía aunque el producto o la acción fuera mediocre... Pues solo "eran" y hacían las cosas "diferentes", y claro, en todo este circo que se formó con esto, hubieron muchos oportunistas también que aprovecharon el pánico, pues descubrieron que su doble estándar y su falta de ética, podría ser avalada y validada argumentando que solo serían parte de la diversidad que en ese entonces ya se había convertido en parte de la moral existente en la humanidad...  

Con este nuevo fenómeno, la sociedad quedó dependiendo de la suerte y se vio coaccionada por si misma, pues como todo era opinable y nada era o negro o blanco o gris, muchos conceptos y términos se cambiaban y acomodaban a conveniencia personal de quien los usara, y se inventaban razones para validar lo que por sentido común era inválido, y la injusticia era cada vez mas común, hubieron muchos pobres en ese momento, pues quien tenía la suerte de haber nacido con mas habilidades o con mas agudeza intelectual (y como la ética era discutible) podían hacer lo que quisieran, aun hasta provocar pobreza en otros para poder generar riqueza personal... Hasta el sentido común dejó de ser común pues cada persona para jutificarse, decía: "Tu tienes un sentido común que te indica una cosa, y yo puedo tener derecho a un sentido común diferente que me indique otra cosa diferente"... Con este argumento los dos oponentes podían tener la razón, estando incluso los dos equivocados. Y esto hacía que se diera pie a revanchas fuera de la ley que por cierto ya carecía de validez fuera de los juzgados. El criterio y el descriterio dejaron de llamarse así, para llamarse eufemizadamente solo como "criterios diferentes" y nada mas. Todo se confundió!

Y bueno, este cuento siguió hasta que hubieron muchas enfermedades somáticas en las personas, pues hasta las enfermedades y desequilibrios físicos, emocionales y mentales dejaron de llamarse enfermedades, sino estados "diferentes de salud". Y por ende los locos andaban libres por las calles, y nadie podía encerrarlos pues aprendieron también a validar sus derechos y a reclamar "discriminación ante la dictadura de la razón". E increiblemente, solo eran encerrados en la cárcel o en el manicomio, quienes no gozaban del gusto democrático de la mayoría. La verdad se basaba en la democracia, por ende, la justicia se basaba en la democracia, o mejor dicho en la dictadura de la razón confundida de la mayoría. Ya nadie podía reconocer a un loco de un cuerdo, nadie podía reconocer una amenaza de algo confiable, nadie podía reconocer o distinguir qué era qué, dejaron de diferenciar lo que era la discriminación discernidora de identidades versus la discriminación irracional injusta, y penalizaron ambas como si los dos tipos de discriminación tuvieran el mismo valor. El análisis ya no era importante, lo importante eran las opiniones, y eso generaba aun mas confusión, pues sin importar la calidad de la opinión, ni su asertividad, esta era válida para no ofender la baja autoestima de quien la emitiera.

Y todo este cuento loco empezó con una papas fritas y unos dulces que nunca tuvieron responsabilidad de nada, y cuyo protagonismo en el cuento fue mal entendido y mal interpretado, y sin querer queriendo fueron utilizados para confundir la realidad más aún de lo que ya estaba gracias a la ayuda de ese hombre que solo le importaba el mismo y nadie más, y claro, tambien ayudaron todos sus socios pasivos que compartían su misma pasión: No pensar en nadie mas que en ellos.


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